GAVILANES ENTRENADOS AHUYENTAN EL 80% DE PALOMAS EN TRES PLAZAS
DE MONTEVIDEO. EN LAS HECES DE LAS AVES SE REPRODUCEN HONGOS QUE AFECTAN LA SALUD.
Cada día un par de gavilanes sobrevuela las inmediaciones de las plazas Matriz, Independencia y Libertad. El objetivo: ahuyentar a centenares de palomas, declaradas plagas urbanas. El arte de cazar con aves rapaces (cetrería) es el método mediante el cual la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) decidió ahuyentar a las palomas.
Esta intervención, que se realiza desde 2011, logró erradicar 80% de las palomas que molestan a vecinos, trabajadores y turistas en el Centro y Ciudad Vieja, aseguró a El Observador Manuel Maier, experto en cetrería y propietario de la empresa Intercepta Uruguay que trabaja para la IMM.
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Alimentar palomas es una afición que puede provocar trastornos en la salud humana.
Todas las mañanas cientos y miles de palomas se aposentan sobre los cables de una casa de dos pisos en la calle Surraco, en el barrio La Blanqueada.
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Manuel Maier es un cetrero uruguayo que entrena aves rapaces y las utiliza como control ecológico de “pájaros problema”.
Conversamos con él y lo vimos en acción. La Cetrería es un arte milenario que consiste en la caza de pájaros mediante el uso de aves de rapiña adiestradas para tal fin. Su origen, según quiere el lugar común, se pierde en la noche de los tiempos. Durante la Edad Media europea, la cetrería fue una actividad del gusto de la nobleza. Buen ejemplo de ello es el caso de Enrique I, duque de Sajonia, quien rigiera los destinos del Sacro Imperio Germánico entre los años 919 y 936. Tan grande fue su afición a la caza con halcones que entró en las páginas de los libros de historia como “Enrique el Pajarero”. Las tradiciones y costumbres uruguayas no incluyen esta antigua actividad, pero en los últimos años, algunas personas han comenzado a practicarla. Uno de esos pioneros es Manuel Maier, quien según contó a Montevideo Portal se inició “de manera autodidacta”, gracias a libros y filmaciones que recibía desde el extranjero, y luego viajando a los países donde la cetrería cuenta con buenos exponentes. En la actualidad,
Maier es presidente de la Sociedad Uruguaya de Cetrería, que engloba al pequeño grupo de cultores de este arte en nuestro país. Además, dirige la empresa Intercepta Uruguay, que ofrece servicios de control de aves problemáticas —generalmente palomas o cotorras— de forma natural. “Reproducimos la dinámica entre depredador y presa que se da en la naturaleza”, explica Maier. Como resultado, los pájaros indeseables son ahuyentados paulatinamente por las rapaces.
Maier —quien también se dedica a rescatar y recuperar esta clase de animales para luego devolverlos a su hábitat— participará el mes próximo del 3er Festival Internacional de Cetrería, que se realizará en Emiratos Árabes. Se trata de un evento reciente, ya que comenzó a realizarse en 2011, y Maier ha representado a Uruguay también en las ediciones anteriores.
Montevideo Portal | Gerardo Carrasco
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A los 15 años Manuel Maier, descubrió un interés que muy poca gente en el continente podía entender, la cetrería, un arte milenario que consiste en adiestrar aves rapaces para cazar.
"Cuando empecé, en 1995, no se conocía mucho sobre esta disciplina en Latinoamérica. Investigué de forma autodidacta hasta que conseguí mi primer halcón y lo entrené", dijo a Sputnik Manuel Maier, presidente de la Asociación Uruguaya de Cetrería. Vivía en el Prado, un barrio tradicional de casas y quintas de Montevideo. Se había obsesionado con el tema.
Un día caminando por la calle vio un halcón en el cielo y persiguió su vuelo hasta encontrar el nido. A partir de entonces, todos los días —durante seis meses—, fue al sitio en su bicicleta. Al fin nacieron los pichones que tanto esperó y pronto comenzaron a tratar de volar. "Yo sabía que los primeros vuelos eran una de las mejores etapas para agarrarlos. Después de varios intentos logré atrapar uno. Lo llevé a mi casa. Mis padres creyeron que me había vuelto loco. Así empezó mi primera aventura de adiestramiento y caza con un halcón. Se llamaba Arwen, dijo Manuel.
Ya estaba pensando en su próxima ave. Su sueño era tener un gavilán mixto, un pájaro considerado de los mejores para la disciplina. Son aves territoriales y muy inteligentes. Por suerte para él son nativas de Uruguay. Esa oportunidad llegó paseando por el zoológico.
Manuel se dio cuenta que en las jaulas de aves rapaces había uno de esos especímenes. Habló con el director del lugar, quien le contó que era un pájaro problemático por su nivel de agresividad. El encargado de alimentar a las repaces le tenía miedo. "Me dieron permiso para que me lo lleve pero el problema era agarrarlo. Empecé a ir todos los días al amanecer. Probé todas las trampas que tenía. Caían todas las demás aves de la jaula menos él. Tuve que inventar un sistema especial para atraparlo. Lo entrené. Logré adiestrarlo y sacarle toda esa agresividad. Lo tengo hasta el día de hoy", contó Maier. Manuel salía a recorrer el barrio en bicicleta con su nuevo gavilán. Juntos cazaban palomas. Entonces comenzó a filmar videos y a divulgarlos en el ambiente de la cetrería. Así fue que captó la atención de Nick Fox, el cetrero número uno del mundo. Fox quedó impresionado con las imágenes de Manuel y lo invitó a trabajar con él durante seis meses en el criadero de halcones más grande del mundo, en Gales. Juntos fueron a Inglaterra durante cuatro meses para controlar una plaga, los cuervos. Luego de esta experiencia viajó a España y trabajó seis meses en un aeropuerto controlando con sus aves que otros pájaros no fueran succionados por las turbinas de los aviones, y de este modo evitar accidentes.
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GAVILANES PARA COMBATIR PLAGA DE PALOMAS EN MONTEVIDEO
La capital uruguaya decidió apelar a gavilanes para combatir la superpoblación de palomas en las plazas de la ciudad, tras declararlas plaga por los daños que provocan a los monumentos y las enfermedades que transmiten.
"El problema era la superpoblación de palomas, que genera inconvenientes como el deterioro de monumentos, problemas de suciedad en las plazas y de salud. Con la Intendencia (de Montevideo) se había comunicado gente diciendo que había contraído enfermedades a causa de las palomas", contó a la AFP Manuel Maier, director de Intercepta Uruguay, empresa que entrena gavilanes mixtos y halcones aplomados para el control de fauna con cetrería. Miembros habituales de las plazas de la ciudad, las palomas son consideradas una plaga a nivel nacional desde hace años, dijo a la AFP Pablo Anzalone, titular de la División Salud de la Intendencia de Montevideo (IMM), porque "transmiten a través de sus excrementos un conjunto de enfermedades" y parásitos. La IMM asesora a los edificios para que eviten que las palomas aniden en sus techos y ventanas pero además la división de Espacios Públicos empezó a fines del año pasado un plan piloto de control de las palomas con cetrería, en tres plazas céntricas. "Nuestro trabajo es el control natural. No matar la paloma sino crear un lugar inseguro para que se traslade a otro lugar", explicó Maier. Para combatir las palomas, el ave elegida es el gavilán, su depredador natural, lo que hace que ésta lo reconozca y lo evite. "El gavilán es un ave muy inteligente y muy versátil para este tipo de trabajo. Se acostumbra a cualquier lugar, ya sea un galpón chico o una plaza y también es muy manso, lo que nos permite trabajar en lugares donde hay mucha gente y ruido", añadió.
Para lograr ahuyentar a las palomas, un entrenador de Intercepta libera en la plaza al gavilán, que sobrevuela la plaza durante un rato o se posa en algún árbol. Su sola presencia alerta a las palomas, que se alejan del lugar hasta que el ave rapaz se va. "Las primeras veces que va el depredador la palomas se van, pero van a volver", indicó Maier. "Al generar una frecuencia, las palomas van entendiendo que esa es una zona de caza del gavilán y se van trasladando a otros lugares que consideren más seguros". Según Maier, esto no traslada el problema ya que "está estudiado que no se trasladan en grupos, sino en individualidades o grupos pequeños". "Nosotros trabajamos sobre la concentración de palomas, en lugares donde hay superpoblación y mucha gente expuesta, como las plazas principales", indicó. Según el plan, y la cantidad de palomas, controlar un lugar puede llevar "de uno a tres meses". Después el ideal es aplicar un programa de mantenimiento, para evitar que las palomas regresen. La llegada de los entrenadores con los gavilanes genera un revuelo en las plazas, no sólo entre las palomas, que levantan vuelo, sino entre los transeúntes, que no dudan en acercarse con curiosidad y piden para acariciar a las aves rapaces. "Estamos tratando de concientizar a la gente sobre lo que es la cetrería, que es un arte milenario y acá no se conoce mucho, informando sobre los controles naturales, que son eficaces", dijo Maier, que defiende "el equilibrio biológico" en contraposición con los antiguos métodos como envenenamientos o matanzas".
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UN SISTEMA MILENARIO PARA EL CONTROL DE PLAGAS QUE EMPIEZA A UTILIZARSE EN URUGUAY "LA CETRERÍA".
Cada día el cetrero llega al lugar con los gavilanes, los libera, y allí ellos hacen su faena ahuyentando a las palomas por unos días. Pero como estas regresan es necesario que los gavilanes también vuelvan a las áreas de caza generando frecuencia de persecución en otros horarios diferentes a los utilizados anteriormente
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Cetrería en Uruguay
Por Marianella Lugano.
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MÉTODOS DE HIGIENE: AVES RAPACES VS PALOMAS.
Es necesario que los gavilanes vuelvan a las áreas de caza generando frecuencia de persecución en otros horarios diferentes a los utilizados anteriormente.
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"Estamos tratando de generar conciencia sobre lo que es la cetrería, un arte milenario, acá no se conoce mucho, informando sobre los controles naturales, que son eficaces", dijo Maier, que defiende "el equilibrio biológico" en contraposición con los antiguos métodos como envenenamientos o matanzas".
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Aves habilitadas
por el M.G.A.P.